¡90% de nuestros productos agrícolas son locales!

Esta pasada semana nos recordaron una cifra que no sorprende, pero duele: solo un 12.5% de los productos en las góndolas de los supermercados en Puerto Rico son de producción local. Lo reveló un estudio del economista José Caraballo Cueto, señalando además que en muchos casos los productos locales son más baratos que los importados. Y aun así, el supermercado tradicional elige el importado.

En esa decisión —comprar lo de afuera en vez de lo de aquí— se resume un sistema diseñado para la dependencia, no para la soberanía. Supermercados pensados para la importación y generar ganancias, no para alimentar al pueblo.

En el Súper Solidario, que este mes celebra cinco años de existencia, sabemos que otra forma es posible. No lo decimos como consigna: lo vivimos. En septiembre de 2025, el 90% de los productos agrícolas y elaborados de nuestro inventario eran de producción local.

Aquí se encuentran alimentos que casi nunca llegan a las góndolas tradicionales: jobos, flor de jamaica natural, carambola, viandas criollas, limones criollos, pana, habichuelas tiernas, y muchos otros.

Pero también hay productos elaborados con valor añadido local: harina de maíz y de pana, cúrcuma, jengibre y achiote en polvo, frutas deshidratadas (guineo, piña, mango), mermelada de piña, café, piques de guayaba, tamarindo y coco, yogures, pan de calabaza, bizcocho de zanahoria, dulce de papaya y grosella, flanes, tostones congelados de plátano, pana y mafafo, alcapurrias, limbers, jugos naturales, sofrito, majarete, arroz con dulce, tembleque y hasta nuestras famosas Lenturrias y Lentuburger.

Todo eso se produce aquí, con manos locales y en su mayoría materia prima del país. Pero el sistema —como bien señala nuestra compañera Odette González, encargada de las relaciones agrícolas del Súper Solidario— está hecho para que no llegue al pueblo:

Cinco años después de su nacimiento dentro del Centro de Apoyo Mutuo de Caguas, el Súper Solidario se sostiene gracias a una red de agricultoras, elaboradoras, voluntarias y consumidoras comprometidas con una economía justa y solidaria. No competimos con los supermercados tradicionales: los desmentimos. Existimos para demostrar que la organización del pueblo puede construir otra relación con la comida, con la tierra y entre nosotras.

Porque producir y distribuir comida no debería ser un privilegio, sino un derecho colectivo. Porque la solidaridad, cuando se organiza, también alimenta.

Visítanos en este 25 de Octubre en el Centro de Apoyo Mutuo de Caguas y súmate al Plan de Apoyo Mensual de Comedores Sociales.