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Giovanni Roberto Cáez

¿Qué movimiento necesitamos?


Espacio de formación en el Centro de Apoyo Mutuo el pasado mes de enero

Una pregunta quedó sobre la mesa durante el IV Encuentro de Formación de Comedores Sociales de Puerto Rico realizado durante las primeras semanas de enero en el Centro de Apoyo Mutuo de Caguas: ¿qué movimiento necesitamos?


No es una pregunta fácil de responder y con toda seguridad no hay una contestación “correcta.” Intentaré en este escrito plantear algunas ideas desde la perspectiva de trabajo de apoyo mutuo y la comida de Comedores Sociales de Puerto Rico.


Los Movimientos Sociales y el Apoyo Mutuo

Comparto con mucha gente la idea de que Puerto Rico necesita más movimientos sociales que impulsen y logren cambios significativos y duraderos para mejorar la vida de las personas. (¡Y muchas cosas más, por supuesto!)


Un movimiento social suele definirse como “redes de interacción entre individuos, grupos y organizaciones,” que “poseen una identidad compartida, un sentido de pertenencia que los aglutina.” La norma suele ser que “se organizan a partir de una problemática o un conflicto común que los afecta” y que “desarrollan estrategias de acción colectiva para lograr cambio en el orden social.”


Cuando pensamos en el desarrollo del Apoyo Mutuo en Puerto Rico a partir del desastre social y político tras el huracán María, a veces solemos referirnos a él como un “movimiento por el apoyo mutuo.” Y aunque muchas veces es solo una forma de hablar, habría que insistir que el desarrollo del apoyo mutuo no se está dando por la vía de un “movimiento social por el apoyo mutuo” sino más bien como una especie de fenómeno cultural.


El apoyo mutuo en Puerto Rico está relativamente cerca de los movimientos sociales en cuanto su dimensión de “redes de interacción entre individuos, grupos y organizaciones, que poseen una identidad compartida, un sentido de pertenencia que los aglutina”, pero no tanto en cuanto a que “se organizan a partir de una problemática o un conflicto común que los afecta.”[1]


Javier, colaborador de Huerto Semilla, resumió durante el Encuentro esta diferencia. “Si el apoyo mutuo no es un movimiento como tal, entonces las nuevas prácticas que se están dando en muchas partes podrían entenderse como una cultura.”


Cindy, también de Huerto Semilla, complementó esto último cuando aseguró que “el Apoyo Mutuo entonces es una estrategia de / para los movimientos.”


En Comedores Sociales empezamos a nombrar lo que hacemos como “apoyo mutuo” solo después del huracán María, como una forma de marcar la enorme diferencia que existe entre la solidaridad y la caridad. El “apoyo mutuo”, en nuestra experiencia, hace referencia a los valores, principios y prácticas solidarias (la cultura) que intentando ayudar a las personas a resolver alguna necesidad inmediata se plantea también ser una alternativa hacia el futuro (parte de la estrategia).


La crisis que vivimos aquí y en todas partes ha puesto el mundo al revés, impulsando cambios culturales y del sentido de la vida que todavía están por verse. Tras el comienzo de la pandemia mundial del Covid en 2020, el apoyo mutuo como valor, principio y práctica se expandió mundialmente, confirmando la relevancia que tiene como promotor de nuevos rumbos frente a las crisis actuales.[2]


La importancia de insistir en el aspecto cultural del apoyo mutuo es poder relacionar de manera consciente esos valores, principios y prácticas en le desarrollo de movimientos sociales. Es darle centralidad a valores como la solidaridad, la empatía, la compasión, la equidad y la justicia en la creación misma de nuestros movimientos y organizaciones. Es hacer norma que el principio de la cooperación social es mejor que la competencia, y pelear así por la vida digna para todas las personas. De este modo, nuestras organizaciones y movimientos, son promotoras y ejecutoras de prácticas culturales que deberían incrementar y fortalecer las movilizaciones del pueblo.


El cómo los trabajos y la perspectiva del apoyo mutuo fortalecerán los movimientos sociales en Puerto Rico todavía está por verse, pero parece indiscutible su aportación a crear condiciones favorables para que estos movimientos estén arraigados en la gente, puedan crear alternativas concretas y eventualmente impulsen cambios duraderos.


Tejido Social y Apoyo Mutuo


Un concepto importante que surgió durante la discusión fue el de Tejido Social que hace referencia a la serie de relaciones, interacciones e instituciones que mantienen determinada realidad social y alude generalmente a la armonía, solidaridad y cooperación que requiere mantener un tejido social unido.


Tejido cuando se usa en la medicina se refiere a una “estructura formada por células del mismo tipo y que realizan una función específica.” Las células seríamos los humanos y la función específica que realizamos juntos es estructurar una sociedad.


Tejido también es sinónimo de tela y hace referencia al resultado del “cruzamiento y enlace de series de hilos o fibras de manera coherente al entrelazarlos o al unirlos por otros medios.” En este caso, el cruzamiento y enlace hace referencia a las relaciones sociales, el hilo y las fibras a los humanos y sus familias, organizaciones y comunidades de todo tipo, mientras que la coherencia alude a la calidad de la sociedad que tendremos.


A veces se me ocurre pensar esto del tejido social como una gran camisa que nos incluye a todos. La camisa - sociedad es el resultado de cómo se ha tejido hasta el momento la suma de relaciones entre sus individuos, clases e instituciones. Y hasta el momento, el resultado es una sociedad donde una minoría se hace rica y vive bien, mientras que la mayoría hereda pobreza y sobrevive o malvive.


Siguiendo esta metáfora, la sociedad que tenemos es como una camisa rota o deshilada en algunos pedazos, producto de la incompatibilidad del sistema y el bienestar de las personas. Las señales de la fractura social están en todas partes: índices de violencia, falta de acceso a servicios, hambre, desempleo.


Por eso, lo que hacemos puede entenderse como un tejer y destejer la sociedad, buscando hacerla mejor, partiendo de valores, principios y prácticas que renueven el tejido social. Es cocer y volver a cocer la camisa para que sea de buena calidad y para todo el mundo. El horizonte siempre es la vida digna para todas las personas.


Ese proceso de tejer y destejer, cuando es consciente, es activista y movilizador, y se vuelve una perspectiva de operación que permite ir adelantando patrones culturales e integrar progresos a la lucha por el cambio social.


Trabajo contra el hambre y Movimiento por la Soberanía Alimentaria


En Comedores Sociales podemos distinguir dos niveles de operación en cuanto a la comida, ya que nuestro trabajo principal es contra el hambre, mientras que nuestro éxito dependerá de la capacidad de impacto de un movimiento por la soberanía alimentaria en Puerto Rico. Por un lado, está lo que podemos hacer solas, como organización (combatir el hambre), por otro lado, esta lo que necesitamos hacer junto a otras para lograr cambios sociales duraderos (como adelantar la Reforma Agraria o controles públicos que beneficien la producción local, por dar ejemplos).


Para conectar la lucha presente con los cambios futuros, el paradigma de la Soberanía Alimentaria resulta fundamental. La Soberanía Alimentaria “trata de recuperar nuestro derecho a decidir sobre qué, cómo y dónde se produce aquello que comemos; que la tierra, el agua, las semillas estén en manos de las y los campesinos; que seamos soberanos en lo que respecta a nuestra alimentación.”[3] En ese sentido, no se trata de una demanda específica, sino de un paradigma que permite identificar demandas concretas conducentes a transformar el sistema alimentario (¡y ojalá algo más que eso!).


De este modo, y por resumir, una posible respuesta desde Comedores Sociales a la pregunta que dio pie a este escrito sería algo así:

Necesitamos un movimiento por la soberanía alimentaria que organice y luche contra el hambre en el presente, mientras promovemos una visión, principios y prácticas de apoyo mutuo que renuevan el tejido social e incrementan las posibilidades de éxito de nuestras demandas.


Queda mucho por discutir, como si hay o no hay tal cosa como movimiento por la soberanía alimentaria en Puerto Rico, quiénes lo componen, cuáles son sus actividades más importantes, cuáles son sus vehículos de comunicación y coordinación. Si todavía no hay un movimiento, ¿cómo podemos aportar desde Comedores a que surja la dimensión movimiento social del trabajo contra el hambre en Puerto Rico? ¿Qué relevancia puede esto tener en los cambios que necesitamos ver?


Del apoyo mutuo también hay mucho que saber: cuál es estado de los centros de apoyo mutuo ahora mismo, qué otras organizaciones (no cams) han asumido trabajo y lenguaje del apoyo mutuo, cuáles son los servicios que se están trabajando, si se coordinan, cómo se coordinan, cuáles son los planes de estos centros, qué posibilidades hay de ayudar a fortalecer y crear más CAMs, cuánta conciencia de los problemas y soluciones de fondo están ayudando a crear en las poblaciones que atendemos.


Ojalá continuemos la conversación sobre estos temas y que eso tengo un buen efecto en los trabajos futuros para que haya mejor organización, movimientos y cambios significativos.



Dinámica de cierre "La máquina"

[1] Mientras que el CAM de Caguas empezó trabajando como eje principal la comida, el CAM de Bartolo en Lares lo hizo por la vivienda, y el CAMBU en Las Marías por necesidades educativas y de desarrollo de la comunidad. [2] Véase los Grupos de Apoyo Mutuo en el Estado Español como ejemplo. [3] Esther Vivas, Soberanía alimentaria, una perspectiva feminista, en https://derechoalimentacion.org/sites/default/files/pdf-documentos/Soberania_alimentaria_perspectiva_feminista_-_Esther_Vivas.pdf

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